viernes, 30 de enero de 2009

Foro Económico Mundial

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DAVOS, Suiza,-En los 31 años durante los cuales los líderes de la política y los negocios del mundo han acudido al resort de esquí suizo de Davos para hablar sobre la economía mundial, el panorama nunca había sido tan sombrío como ahora.

Una cantidad sin precedentes de jefes de Estado y gobierno (40 en comparación con los 27 del año pasado) asistirá a la reunión anual del Foro Económico Mundial que empieza el miércoles. El encuentro estará dominado por dos grandes interrogantes: ¿cuál será la gravedad de la recesión global? y ¿de dónde provendrá el crecimiento que le ponga punto final?

"Todo el mundo está desorientado, este es el comienzo de un período de gran improvisación. Ya no hay modelos para tomar como referente", afirma Victor Halberstadt, profesor de economía de la Universidad de Leiden en Holanda y un veterano del evento.

"¿Por qué nos sorprendemos todo el tiempo, casi cada semana (por las malas noticias económicas)? ¿Realmente entendemos tan poco sobre economía? Me temo que la respuesta es 'sí', y que es por eso que las autoridades van a Davos", dice Halberstadt.

Con los años, Davos se ha convertido en gran parte en un evento de marketing, donde las compañías buscan hacer negocios y pulir su imagen.

Este año, la reunión de cinco días, que habitualmente atrae a unos 2.500 participantes, será más sobria que lo habitual, dicen los organizadores. Habrá menos estrellas de Hollywood y menos fiestas organizadas por los gobiernos y las empresas. Goldman Sachs no celebrará su tradicional fiesta en Davos, dijo su vocero Lucas van Praag. "En el clima actual, no nos pareció apropiado", aseveró. De todos modos, se espera la concurrencia de 1.400 presidentes ejecutivos y presidentes de juntas directiva, pese a la abrupta caída en los ingresos de las empresas y los mercados bursátiles.

Además, asistir a Davos no sale barato: la membresía corporativa anual cuesta 42.500 francos suizos (casi US$37.000), más 18.000 francos (unos US$16.000) para acudir a la reunión, sin incluir el alojamiento, según un vocero del Foro.

Otras crisis económicas, como las de los años 80 y 90, fueron graves en su momento, pero ninguna ha sido tan global ni ha tenido un desenlace tan incierto, señala Klaus Schwab, fundador del Foro Económico Mundial en 1971 y el encargado de organizarlo. "Esto es absolutamente nuevo en Davos. El único paralelo sería 2002, cuando la gente tenía preocupaciones similares sobre el terrorismo", dice Schwab, en alusión a la reunión después de los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Este año parece que los gobiernos les quitarán protagonismo en Davos a los bancos, fondos de cobertura y fondos soberanos que concentraron la atención en los últimos años. El motivo para este cambio, afirman los economistas, es que ahora es el contribuyente quien tiene el dinero. Muchos grandes bancos se mantienen a flote gracias a la intervención estatal e incluso fondos soberanos controlados por el Estado no están ofreciendo capital a las atribuladas empresas occidentales.

"Este podría ser el primer Davos donde el capitalismo es ampliamente considerado un fracaso, en vez de algo que admirar", afirma Ethan Kapstein, profesor de economía y ciencia política de la escuela de negocios francesa INSEAD, que ha asistido a Davos desde 1994.

Richard Fuld Jr., presidente ejecutivo de Lehman Brothers Holdings Inc., banco de inversión que quebró el año pasado, no asistirá este año. Tampoco lo hará John Thain, ex presidente ejecutivo de Merrill Lynch & Co., quien renunció la semana pasada. A Bank of America Corp., el nuevo dueño de Merrill, no le pareció una buena idea que Thain fuera a Davos, y aún así el ejecutivo hizo los preparativos para asistir. No se sabe hasta qué punto este conflicto tuvo algo que ver en su marcha. Por su parte, los presidentes ejecutivos de Citigroup, Vikram Pandit, y Goldman Sachs, Lloyd Blankfein, prefirieron quedarse en casa, aunque enviarán a otros ejecutivos. Win Bischoff, presidente de la junta de Citi, estaba inscrito para participar pero recibió la noticia la semana pasada de que será sustituido por Richard Parsons.

B. Ramalinga Raju, presidente de la firma india de tercerización Satyam Computer Systems Ltd., que estaba inscrito para participar en un panel del Foro de este año, tampoco irá porque está en la cárcel por supuesto fraude. Otro banquero que tenía planeado asistir, Edgar de Picciotto, presidente de la junta de Union Bancaire Privée, perdió en torno a US$700 millones de sus clientes por invertir en la supuesta pirámide de inversión dirigida por Bernard Madoff en Nueva York.

Es probable que Estados Unidos se convierta en el blanco de los reclamos en Davos, al ser el país donde nació la crisis financiera global. Pero también es el foco de la mayoría de las esperanzas de recuperación. Sin embargo, el nuevo gobierno de Obama estará casi ausente en el primer Davos post-Bush.

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