
El gobernador de Puerto Rico, Luis Fortuno, anunció recortes drásticos en el sector público para evitar "la bancarrota" de este territorio asociado a Estados Unidos.Los despidos del sector público empezarán el primero de julio y no incluirán policías y maestros.
El gobernador lanzó además un proceso voluntario para empleados del gobierno de veinte años de servicio para que renuncien y reciban compensaciones, o acepten reducir sus salarios y jornadas laborales en un 10%.
El mismo Fortuno señaló que reducirá en un 10% su salario y que congelará por dos años los aumentos salariales del sector público.
Si con todas esas medidas Puerto Rico no logra reducir el gasto público en US$2.000 millones, Fortuno despediría a los 30.000 empleados estatales, lo que representa un 14% de la fuerza de trabajo puertorriqueña.
El gobierno es el principal empleador en la isla. Tiene en su plantilla a 218.000 personas (el 21% del total de personas asalariadas).
La economía puertorriqueña ha estado en recesión desde hace tres años y la isla espera recibir del gobierno estadounidense US$5.000 millones del paquete de estímulo propuesto por el presidente Barack Obama, pero esta ayuda no evitará los recortes anunciados por el gobernador.
Fortuno anunció otras medidas dirigidas a impulsar la economía de la isla, como alzas en impuestos a las corporaciones y a individuos que ganan más de US$100.000 al año y la imposición de una tasa de 5% a bancos extranjeros.
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