
Balakrishnan Rajagopal, director del programa de Derechos Humanos y Justicia del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), explicó que el año pasado el tema de conversación era si el Fondo Monetario Internacional se había quedado sin negocios.
Un año después el FMI es el instrumento central para canalizar préstamos de emergencia hacia los países más debilitados por la crisis. “Están de vuelta como dice el propio director gerente del Fondo, Dominique Strauss-Khan“, afirmó el profesor del MIT.
El golpe de gracia que consagró el renovado protagonismo del Fondo tuvo lugar durante la reciente reunión del G20 en Londres.
Rajagopal indicó que pese a la multimillonaria inyección, el FMI y el Banco Mundial necesitan una reforma profunda para recuperar una legitimidad muy en tela de juicio.
Señaló que “no tiene sentido darle más dinero al FMI sin cambiar las estructuras y las ideas que han producido tantos fracasos en el pasado y que son parte de las razones por las que estamos donde estamos“.
Colin Bradford, analista del centro de estudios Brookings Institution (Washington), considera que es clave que Asia se convierta en un verdadero socio y en participante con plenos derechos en los dos organismos multilaterales.
Aunque a varios expertos le llamó la atención la flexibilización en la concesión de ayuda decidida recientemente por el FMI, el profesor de la Universidad de Harvard, Kenneth Rogoff cree que esa flexibilidad mejorará la popularidad del organismo.
Rogoff alerta también de la posibilidad que algunos países sean incapaces de pagar sus deudas, lo que podría descarrilar el actual auge de préstamos.
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