Los demócratas del Congreso y la Casa Blanca han logrado un acuerdo sobre un plan de ayuda de emergencia que irá destinado a las empresas estadounidenses fabricantes de automóviles y que supondrá un desembolso de entre 15.000 y 17.000 millones de dólares.
El paquete de medidas llega luego de que los ejecutivos de los gigantes automovilísticos General Motors, Ford y Chrysler pidiesen ayuda a las autoridades. Sin embargo, se tendrán que conformar con alrededor de la mitad de los 34.000 millones de dólares requeridos.
Por otro lado, los “Tres Grandes de Detroit” solicitaron a las autoridades de Canadá 6.800 millones de dólares canadienses (unos 5.440 millones de dólares estadounidenses) para sortear la grave crisis.
De esta cifra, el mayor fabricante de automóviles estadounidense, General Motors, pidió en total unos 3.200 millones de dólares; Chrysler requirió unos 1.600 millones; por su parte, Ford solicitó una línea de crédito de 2.000 millones.
El presidente de Chrysler Canadá, Reid Bigland, afirmó a través de un comunicado que la petición de un préstamo permite asegurar que Chrysler tiene suficientes fondos para completar la reestructuración de actividades.
Alrededor del 12 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) del sector industrial canadiense procede del sector del automóvil, que emplea a unas 500.000.
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