Hace poco comentamos el impacto que la crisis está teniendo en la prostitución y ahora nos referimos a la situación particular de otro negocio tan censurado como consumido: la pornografía.
Larry Flynt, el editor de Hustler, y Joe Francis, dueño de Girls Gone Wild, han pedido nada menos que al Congreso estadounidense unos 5.000 millones de dólares para que saque a su industria de la dura crisis por la que atraviesa.
“Con todo el sufrimiento económico y la pérdida de tanto dinero, el sexo es lo último en lo que la gente piensa“, dijo Flynt en un comunicado.”Es hora de que el Congreso rejuvenezca el apetito sexual de Estados Unidos“, añadió.
Los empresarios del placer insistieron en que su sector necesita ayuda, pese al gran interés por sus fotografías y vídeos online de los que disfrutan alrededor de 75 millones de estadounidenses cada mes.
Flynt se quejó de que “la gente está demasiado deprimida para ser activa sexualmente“. “Esto es muy malo para nuestra salud como nación. Los estadounidenses pueden prescindir del automóvil, pero no del sexo“, alertó.
Durante 2008 las ventas de DVD para adultos cayeron un 22% en Estados Unidos, aunque el tráfico en Internet sigue creciendo al igual que porno no tradicional.
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